domingo, 19 de julio de 2020
Capítulo 9
Emilio llega a su casa exaltado al haber conocido a la novia de Marc. Hasta el momento tenía la esperanza aunque muy pequeña que fuera gay. No sabe bien si estar contento, si estar triste. Como siempre es su pobre oso quien "escucha" paciente la explicación de Emilio que con algo que no sabe bien que es, con unos celos que nunca antes había sentido, va diciendo:
--lo amo tanto... aunque en realidad el que tenga novia no me importa. Yo lo amo tanto que sólo me importa que sea feliz.
Se tumba en la cama con cierta tristeza aunque mezclada por la alegría de haberlo visto:
--yo sólo espero que ella sepa la joya que se lleva. Sé que llegará el momento en que tendré que olvidarlo... Marc nunca será para mí. Algún día tendré que olvidarlo pero no será ahora... gozaré al máximo de su compañía, trataré de ser su amigo lo máximo posible y sobretodo lo amaré... pero lo amaré sin dolor... Me tendré que resignar a no tenerlo nunca... pero no quiero volver a sentir esa angustia porque él no está a mi lado. Lo amaré y mientras él sea feliz no me importará el resto.
No deja de pensar en él, en lo guapo que estaba:
--te amo, Marc. Te amo tanto... Te amo con mi vida...
Emilio lo amo y espera seguir amándolo sin sufrimiento. Se conforma con amarlo en secreto ya que no le queda otro remedio. Lo amará el tiempo que decida su corazón.
--mientras él sea feliz y no me lastime lo que siento podría amarlo toda la vida así en secreto... que remedio que tenga que ser secreto --le dice al osito-- le seré fiel toda la vida aunque eso implique morir virgen...
Emilio siente que nunca amará a otro hombre como ama a Marc. No piensa estar nunca con un hombre del que no esté enamorado y no quiere amar a otro que no sea Marc.
--los recuerdos que tenga ahora de Marc serán los más hermosos de mi vida... Seran mi felicidad --le va diciendo al osito-- pienso mantener encendida toda la vida la llama de este amor, amor no correspondido pero un amor, mi mejor amor, el más bonito. Recordaré siempre ese bendito día en el que Cupido clavó esa fecha en el centro de mi corazón...
Le habla a su osito. Muchas veces sonríe con la imagen de su amado en mente:
--te amo, Marc --va diciendo.
Durante todo el día no hace más que pensar en su amado, en la chica que lo llevaba del brazo. Siente celos. Los celos lo están consumiendo. Aunque se quería tomar las cosas con calma, aunque no quería sentir dolor no puede evitarlo. Se lo acaba confesando a su osito con ojos llorosos:
--realmente es mentira que no me importe que él tenga novia porque sí me importa... Me da mucha rabia. Lo que pasa es que lo amo con todas mis fuerzas y quiero su felicidad, por eso acepto su voluntad. Sólo quiero que él sea feliz... A ella la detesto y espero que lo ame aunque sólo sea una cuarta parte de la que lo amo yo, sólo espero que ella sepa de la suerte que ha hecho al atrapar al mejor, que lo valore, que no esté con él sólo para exhibirlo.
Siente un gran dolor por ese amor que nunca será para él, pero es un dolor que quiere desterrar. Quiere amar a Marc bonito, no quiere sufrir por él porque sabe que Marc nunca será para él, que Marc siempre será un sueño. Su mejor sueño. Mirando a su osito va diciendo:
--sé que nunca me convertiré en su esposo, almenos me conformo con ser su amigo y sobretodo pase lo que pase con mi vida deseo que él sea feliz...
Antes de enfrentarse a 3 duras semanas sin él, Emilio espera poder despedirse de él, espera verlo el dia de las notas. Poder darle la mano. Aunque sea sólo así le encantaría poder tocarlo, que por unos segundos estén unidos pero no lo ve y regresa a su casa frustrado, con rabia al imaginarse a Marc en brazos de la otra. Es navidad y siempre espera que pase algo bonito pero son días de soledad como todos. Siempre pide un deseo para el nuevo el año y ahora lo que más desea es conseguir el amor de Marc.
--Mi Marc... te amo... Marc...
Pero sabe que es un amor que se tendrá que tragar, que nunca se verá realizado.
El día de navidad Emilio con ilusión que pase algo lindo pero todo es igual, su madre llega tarde. Tiene más trabajo que nunca. Como siempre ni le regala nada, ni muestra interés en el regalo de él. Siente que con todo lo material que le ha dado ya es bastante. Le da un buen monton de dinero con el que Emilio no sabe que hacer. Se queda solo en su cuarto leyendo una revista. En el horóscopo para el año siguiente le dicen que en el verano se comprometerá con la persona que lo amará toda la vida... Emilio se estremece.
--Marc... si fuera con Marc...
Aunque no cree en estas cosas le emociona tanto imaginarlo. Es todo lo que había deseado.
--si fuera posible... --dice excitado pensando en él.
Mirando a su osito dice:
--estoy super y profundamente enamorado de él y ya me sentiría muy feliz si pudiera conseguir una foto suya para guardarla eternamente y tener un buen recuerdo... sería tan bonito...
Pero es un deseo como el de amarlo que está seguro que se tendrá que tragar.
--te amo, Marc.
Muy triste Emilio se va a dar una vuelta. De repente alguien lo está siguiente. Se da cuenta que es un perro. Un San Bernardo sucio y abandonado con ganas que lo quieran. Emilio en seguida lo acaricia y el perro le chupa la cara:
--a mi tampoco me quiere nadie... --dice Emilio lloroso.
Nace un lazo especial entre el perro y el chico. Emilio siente que por fin alguien le da el cariño que tanto le han negado. Mira al perro con una sonrisa:
--tú te vienes conmigo... No sé cómo le haga pero nunca nos vamos a separar...
El perro sigue a Emilio contento.
--te tienes que tomar un baño...
Emilio lo empuja hacia la bañera:
--venga que no seas maluco... Tienes que estar guapo para mi madre...
El perro sale varias veces de la bañera, lo deja todo perdido. La asistenta tiene el día libre así que aunque se demora Emilio se pasa el día limpiando. Su madre tiene el sueño muy pesado.
--¡no, al sofá no...¡
El perro de Emilio ya se ha apropiado del sofá. Emilio lo mira regañón:
--venga, bájate...
Pero nada que el perro no se mueve. Le chupa la cara. Emilio se le tira encima. Está contento. Su madre se despierta en ese momento:
--¿¿¡qué hace este sucio animal en mi casa?¡¡ ¡¡en mi sofá...¡
--es mi regalo de navidad...
--¿¿qué? ¡¡no quiero un chucho y menos tan grande...¡¡
--¡no es un chucho... es mi amigo...¡ ¡¡Se llama --se le ocurre de pronto-- Pincho¡¡
Ya que la madre no le hace caso pues Emilio ha decidido que él tampoco hará caso a su madre. Se va a su cuarto, el perro va con él. La mujer queda furiosa pero para llevar el nivel de vida que tienen debe trabajar mucho. La mujer ha querido combatir con lujos lo que le falta lo que implica trabajar más y estar más amargada. Emilio logra una cadena del vecino para así sacar al pasear al perro.
--Al fín tengo un amigo de verdad --dice acariciando al perro-- ¿te gusta tu nuevo nombre?
El perro le chupa a Emilio en toda la cara lo que Emilio deduce que es un sí.
Al día siguiente, la madre ya se ha resignado a que el perro se quede. En el fondo está segura que Emilio no tardará en cansarse del animal. No imagina que Emilio ya no cambiaría a su nuevo amigo por nada del mundo. Esa tarde salen a pasear por el centro.
--ojalá lo vea...
Le gustaría ver a Marc, presentarle a su perro. Pincho sería un buen tema de conversación. Justo cuando está pasando por donde vive Marc, aunque la acera de enfrente. En el momento que iba a cruzar ve que Marc está justo delante de él. En la misma acera que él. En un primer momento piensa que es producto de su imaginación puesto que siempre lo ve dónde no está pero finalmente se da cuenta que sí... ¡¡que es él¡ Lleva un abrigo a cuadros. A su lado está Ariadna pero no tomados de la mano. Él lleva una bolsa con muchos paquetes. El corazón de Emilio late con prisa:
--¡¡tengo que atraparlo¡ --se dice.
Pero no es algo que le cueste porque Pincho necesita ir más veloz y pronto está pasando justo al lado de él. Emilio vibra por estar al lado de su amado. Marc mira al perro. Después mira a Emilio y se saludan. Emilio pasa de largo. Le hubiera encantado que Marc le deseara buenas fiestas para así poder darle la mano pero de pronto Emilio piensa:
--¡¡que carajo...¡
Se para en seco. Se da la vuelta y tímido le dice:
--buenas fiestas...
Marc sonríe, con una sonrisa que derrite a Emilio.
--gracias, igualmente... --dice Marc mientras extiende su mano.
Emilio lo siente como un sueño. Encaja su mano como la de su amado. Siente escalofríos por estar tocando la piel de su amado. Lo siente como si hicieran el amor, siente que ese es el momento más feliz de su vida.
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