lunes, 20 de julio de 2020

Capitulo 23









Aunque no es algo que le viene de nuevo, aunque sabía que Emilio le iba detrás, aunque estaba casi seguro que él era su admirador secreto a Marc le ha impactado mucho escucharlo.
--¿¿qué hago?¿¿que hago?
Emilio piensa que Marc es un imposible pero en realidad no lo es tanto. Aunque Marc no cree poder enamorarse nunca de Emilio con la intensidad que él lo ama. Se levanta. Da vueltas por el cuarto. Mira a Emilio que duerme profundamente pues está realmente cansado ya que la noche antes no durmió. Con mucho cuidado le abre la maleta y le saca la cámara. Encerrado en el baño mira todas las fotos que le ha hecho a él. Es que no hay ninguna que no sea de Marc. Le emociona el amor de Emilio pero también le abruma. Marc da vueltas, Emilio es quien lo despierta.
--¡¡Marc, nos dormimos...¡ ¡¡llegamos tarde...¡
Marc salta de la cama totalmente desnudo le da a Emilio un vista de ensueño. Marc mira el reloj de Emilio con apuro. A Emilio le excita mucho ver a su amado en pelotas y en movimiento,
--aún nos queda cinco minutos... ¿te duchaste?
--No, y no nos da tiempo de ducharnos los dos...
--juntos si...
Emilio empalidece, cree que va a morir de felicidad.
--¿¿juntos?
Emilio jadea, tiene el rostro desencajado por el deseo. Marc se muestra tranquilo:
--claro, ¿somos machos, no?
Aunque por un lado a Emilio le da pena sentir que se aprovecha de su amado, que éste no sospecha que lo ama en secreto y que por eso le da esas confianzas pero la tentación es demasiado grande. Marc está ya en la ducha. Le hace gracia la alegría de Emilio.
--apurate, Emilio. Si te quieres duchar... en cinco minutos tenemos que estar abajo... Mira que los profes no esperan a nadie...
y Emilio piensa que le encantaría tener a su amado solo para él todo el día pero ducharse con él es algo que le encanta. Casi se desmaya al entrar desnudo en el baño y tener allá a Marc, desnudo, pintado de blanco, tocándose con las manos. Emilio tiene que hacer un esfuerzo para no venirse de placer, se mete en la ducha, los dos muy juntos, se rozan y los dos vibran. Marc piensa en serio si decirle él algo, si hacer que se cumpla su sueño de acostarse juntos pero tiene miedo de lo que le exija Emilio después. Marc sale rápido. A Emilio le fascina como se le mueve todo mientras se va secando. Emilio se seca con esa misma toalla cosa que le excita mucho. Emilio se viste rápido para irse detrás de su amado. Lo que menos quisiera es quedarse él solo todo el día, perder un día al lado de su amado. Las amigas de Marc está tocando a la puerta preocupadas:
--¡¡¿qué pasa?¡que nos vamos¡¡
Marc se va corriendo con ellas, Emilio detrás muerto de los celos y lleno de odio por esas chicas tan "alegres" que parecen querrer violar a Marc...
La primera parada del grupo es en un café. Van al Landtmann. Lo solía frecuentar Sigmund Freud. Ahora acuden aficionados al teatro así como periodistas y politicos. Marc tiene a una de las rubias pegadas a él como una ladilla. Marc da un empujon a la menos rubia y menos coqueta para sentarse al lado de Marc. A la chica le da rabia pero se queda callada. Marc sonríe, le hace gracia que Emilio se haya atrevido a tanto. Hay un gran listado de cafés. Marc se toma uno Konsul (solo con un poco de crema) y a Emilio como no le gusta el café un einspanner que se sirve en un gran vaso con nata montada. Solo toma la nata acompañada con un rico pastel.
--tiene buena pinta... --le dice Marc.
--quieres un poco?
Marc le muerde el pastel y Emilio está encantado de comer algo que ha sido probado con Emilio. Algo de baba tendrá, piensa. Es como si lo hubieran besado. Una chica pide que le hagan una foto con su cámara. Es Marc el que dice:
--y con la de Emilio que sale fijo...
Marc mira sonriente a Emilio, éste está feliz. Cuantas más fotos de Emilio mejor y ahora que está a su lado no se la puede perder. La rubia se abraza mucho a Marc y lo besa en la mejilla... Marc y Emilio rozan sus piernas. Parece accidental, a los dos les excita. Después de estirar un poco las piernas vuelven al autocar. Contemplan los bellos alrededores de Viena. Llegan a los bosques de Viena. Un profesor les advierta que hay garrapatas y que es conveniente llevar sombrero y manga larga. A la más rubia que va casi desnuda enseguida le muerde una.
--¡¡sacamela... sacamela...¡
Se pone como loca. Emilio piensa divertido:
--¡te lo mereces, zorra...¡
Un profesor enseguida le dice:
--no te la quites...
La rubia grita:
--¡¡que me muero... que me muero...¡
El profesor dice que lo importante es ir a un centro sanitario.
--¡¡ven conmigo...¡ --le pide a Marc.
A Emilio el rostro se le desencaja. Le daría mucha rabia perderse un día con su amado. Marc se da cuenta de la pena de Emilio y no le apetece nada ir con la rubia. Además a la otra no le apetece dejar a solas a Marc con su coqueta amiga.
--¡yo te acompaño¡
A la otra le da mucha rabia pero la situación no es como para pensarlo mucho. Marc no puede creer su suerte. Aunque Marc se muestra distante Emilio está a su lado. Las otras chicas los rodean pero ninguna es tan descaradas con las dos rubias. Siguen su trayecto. Pasando la antigua ciudad romana y balnearia de Baden llegan al romántico valle de Helenental y antiguo pavellón de caza de Mayerling, hoy en día capilla conmemorativa. Emilio siempre mirando a Marc que no le hace caso no escucha demasiado las explicaciones como que en es lugar murió el único hijo del emperador Francisco José. En el antiguo monasterio cistircense visitan los sepulcros de los últimos Babenbergos. Visitan un molino y, aunque Emilio no lo escucha, les dicen que que Schubert la canción del Tito... Pasean en barco por el lago subterraneo más grande Europa. Marc entre Emilio y una chica. Emilio mira a Marc fascina. Es todo tan romántico. Con timidez le dice a la chica que está al lado de Marc:
--me haces una foto...?
Marc le sonrie. Emilio confia que la chica los saque a los dos. Marc se pega a él.
--salís los dos... ¿importa?
Los dos chicos se miran.
--da igual --dice Marc.
Emilio está feliz:
--dale...
Marc mira de reojo a Emilio, le gusta que esté contento y por él. Le gusta que se sienta feliz por pequeñas cosas. Emilio mira la foto, ha quedado perfecta. Nunca pensó poder tener tantas fotos con Marc. Como está a su lado, le es dificil hacer le fotos sólo. Marc mira la foto:
--ha quedado bien, ¿no?
Emilio lo mira y suspira enamorado. Salen de los bosques de Viena pasando por el Castillo de Liechtenstein. Terminan el día en la opera.
--¡¡poneos bien guapos¡ --dice el profe.
Cenan rápido, luego suben cada uno al cuarto. Emilio y Marc se quedan en boxers. Marc hasta se pone corbata.
--¿no te pones tú una?
--no, no tengo...
Marc le entrega una:
--toma... así estarás muy guapo...
Emilio se ruboriza:
--¿que hago con esto?
Marc le sonríe, se la pone. Emilio tiembla al tenerlo tan cerca.
--venga vamos...
Salen los dos juntos. Las rubias se les une, a Emilio le hubiera encantado que la "amiga" de Marc desapareciera.
--¿alguien lleva cámara? --Marc.
Las chicas lamentan que ellas uno porque les encantaría tener una foto de Marc tan guapo. La pregunta era por decir porque sabe que Emilio sí la lleva.
--¡¡yo... yo...¡
Emilio está feliz. Antes que nadie le chafe la foto, Emilio se la da a otra ajena a ellos cuatro:
--¿nos la haces?
Las dos rubias están juntas y Marc con Emilio al que le pasa la mano por los hombros. Emilio se estremece pero no se atreve a tocarlo. En esta ocasión Emilio no logra sentarse al lado de su amado pero sí de la menos rubia. Marc mira a Emilio con una sonrisa.
De regreso y a petición de las rubias que duermen juntas, Marc se va a la habitación de ellas. Emilio los sigue. Se oye los jadeos de los tres. Se muere de los celos. A solas en su cuarto llora.


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