--¡¡es él... es él...¡
el corazón de Emilio late con fuerza. Emilio lo va mirando, suspira:
--Es tan guapo... Te amo...
Marc no sabe cuan grande es lo que ese tímido chico siente por él. Se da cuenta que lo idolatra y aunque una parte de él le hace gracia otra lo rechaza. No ha vuelto a saber de Juan, no deja de estremecerse pensando en aquel día en que se besaron. Le tiembla todo, le excita el recuerdo y eso le hace sentir mal. No le hace gracia la vuelta a clase porque implica tener que enfrentarse a Juan y tiene miedo de lo que éste le pueda decir. Tener a Emilio atraído hacia él y sin novia hace que Marc se sienta inseguro, de todas formas, la cara iluminada de Emilio al tenerlo cerca no le permite rechazarlo. Se acercan los dos nervios. Marc siente pena por ese chico y también miedo de ser como él, miedo de que Emilio agarre confianza y se propase. Emilio jamás haría algo que lastimara a su amado. Lo adora.
--¿¿qué tal? --le pregunta Marc.
Emilio lo mira como quien mira a un Díos y así ¿quien puede rechazarlo? Aunque sí Marc guarda las distancias.
--¿¿qué?¿ya estás preparado para volver a clase?
Emilio tiene un brillo especial en los ojos. Está feliz de volver a estar en clase, de poder verlo todos los días. Almenos espera que Marc se toma más serio el curso. Hablan de los deberes que tenían que hacer de los que ninguno ha hecho mucho. Marc preocupado por sus cosas, por lo que siente dentro de él, por no querer que Juan sea algo más que un amigo, Emilio porque no puede dejar de pensar en el que considera su esposo, no puede dejar de imaginarse una vida llena de amor a su lado. Tiene curiosidad en saber las que le han quedado a él. Espera que el curso le vaya bien para que no lo vaya a dejar...
--No me va del todo mal --dice Marc para ocultar que le han quedado 6 de 8.
Emilio así lo espera, no quiere que deje el curso.
--te amo tanto --dice para sí Emilio.
Emilio mira fijamente a ese chico tan guapo, siente un gran amor hacia Emilio. Marc, su cerebro, le dice que huya, que ese chico gay le hará daño, que lo arrastrará en la inmundicia, que todos creerán que es gay. Pero lo mira, ve que lo adora y no le puede lastimar. Los dos chicos tienen agarrados a los perros de las correas. El del Marc no hace más que hacer el burro, tiene muchas más ganas de jugar que el de Emilio aunque Pincho lo va siguiendo. Sus perros tiran fuertes de las correas. Como Emilio no se la tiene puesto muy fuerte, Pincho pierde el collar.
--anda que al mío le sirve mucho el collar --dice Emilio mientras se lo pone.
Marc sonríe, esa sonrisa embriaga a Emilio. Lo tiene tan cerca... Está tan feliz. No quisiera que el tiempo pasara. Le gustaría quedarse siempre a su lado.
--es que el mío es un bestia --dice Marc-- aún le hará daño al tuyo... (el de Marc es diez veces menor que el de Emilio).
Los dos perros se empiezan a perseguir y como las correas no les permite moverse pues dan vueltas alrededor de los dos muchachos que quedan unidos por las cadenas, atrapados. Marc y Emilio se quedan muy juntos. Se están rozando. Emilio vibra. Siente una electricidad que le recorre todo el cuerpo. Nunca había sentido tanto placer. Se queda inmóvil, gozando de ese momento. Ojalá se detuviera el reloj. No le importaría que el mundo se acabara, morir en brazos de su amado. Marc se siente bastante incómodo. es él quien los libera de las cadenas. Emilio mira a Marc hechizado. Le encanta, ese chico. Lo tiene loco. El perro de Marc sigue saltando. Pincho se ha quedado quieto:
--que cabeza tan grande --comenta Marc dos veces mientras le acaricia la cabeza al perro.
Emilio está encantado de la ternura de su amado. El perro de Marc no hace más que salto.
--¡¡Llanus, estate quieto¡ --dice Marc con voz enérgica.
Finalmente Marc marca como siempre el punto y final:
--bueno yo me voy que tengo que ir a comer a casa de mi padre ya ya me deben estar esperando...
Los chicos se despiden y cada uno se va por su lado. Marc se siente aliviado, no le gustan los nervios que siente cuando Emilio está cerca. Emilio está que salta de una pierna. Cada vez que ve a su amado Emilio siente como si lo volvieran a nacer. Emilio mira a su perro, le acaricia cerca del lugar en el que su amado le tocó:
--que suertudo, me hubiera gustado estar en tu pellejo... --dice Emilio con emoción.
A pocas horas de regresar a clase, Emilio hace balance de estas vacaciones que tanto le asustaban pero han sido las mejores de su vida. Con su perro en su cama encima de sus piernas abrazándolo y con el oso al lado. Mira a su Pincho, le habla a su oso:
--gracias a Pincho he visto a Marc, no más de lo que deseaba pero sí más de lo que esperaba... ¡¡ha sido fantástico¡¡
Emilio desea que todo a partir de ahora sea mejor, que cada vez Marc y él sean más amigos. Emilio está seguro de eso después de las vacaciones que han tenido. No deja de pensar en él: se han "casado", han hablado dos veces y además se han dado las manos. Emilio está seguro que ahora todo puede estar bien...
Al día siguiente, Marta va a buscar a Marc para ir juntos a clase. Marc está pálido.
--no iré... no me siento bien,...
Marta le acaricia la frente:
--no tienes fiebre...
Marc se siente nervioso:
--ya iré mañana... ahora prefiero descansar...
Ella lo abraza:
--quieres que me quede...
--No, prefiero estar solo...
Ella no hace más que acariciarlo:
--seguro? Me puedo quedar un rato...
Ella lo empieza a desnudar. El que Marta esté siempre dispuesta lo hace sentir bien. Lo hace sentir macho, hace que por un momento se olvide de Juan, de Emilio. Después del polvo ella se levanta y se va. No lo quiere presionar. Está segura que su paciencia tendrá sus frutos y él se dará cuenta que es la mujer de su vida. Marc desnudo en la cama no hace más que pensar en Juan. Se le vuelve a poner dura de inmediato al recordar el placer que sintió al besarlo. Es algo que lo atormenta. Se da una ducha helada. Se da golpes en la pared con cabeza. LLora. La ducha le baja la calentura pero no lo que siente, que su cuerpo se estremezca por un beso, algo que jamás le había pasado. Sólo con Juan. Se queda un rato abrazado a su almohada. Se acaricia los labios pensando en ese beso con Juan que aunque le duele ha sido el más rico que le han dado en su vida. No es sólo ya por el beso, sino por los tocamientos. No quiere aceptar que estar con Juan ni que sea sólo acariciándose le da mucho más placer que todos los polvos del mundo con las chicas más bellas. Eso es algo que le atormenta.
Juan está nervioso. Sabe que de ese día depende que todo con Marc siga igual. Le decepciona que no vaya. Está seguro que es por él. Le duele pensar que no lo vuelva a ver, también le da miedo pensar en lo que Marc le pueda decir. Se golpea los puños con rabia.
--¡¡maldito, lo estropeé todo¡
Está seguro que Marc sintió asco por ese beso.
--¡¡no me creyó que estaba borracho...¡¡ ¡¡maldita sea...¡
Juan está feliz con sus juegos con Marc, algo era algo y ahora por no poder controlarse está seguro que todo eso se ha perdido.
Emilio se siente como antes de las vacaciones, falta. Agobiado. No ver a Marc lo ha hundido.
--¡¡lo hecho tanto de menos¡ --dice abrazando a su oso.
Unas lágrimas deslizan por sus mejillas.
Pasan 3 días. Emilio está totalmente hundido. Siente un gran dolor. Juan está convencido que Marc ya no volverá.
--¡¡por mi culpa...¡¡ por mi culpa¡
Marc quisiera no salir de casa pero sabe que lo peor que tiene que hacer es esconderse, sino Juan se dará cuenta de que pasa algo.
--Lo mejor es que Juan piense que ni me acuerdo de lo que pasó... Si él estaba borracho... yo también...
Marc y Juan se encuentran en el instituto. Los dos se acercan nerviosos aunque los dos tienen miedo a la reaccion del otro.
--¿que pasó...? Porqué no has venido a clase?
Marc aprovecha para decir:
--estuve malo... he pasado una semana en cama... Por eso no te llamé... Me sorprendió que no me llamaras...
Marc hace un esfuerzo por mostrar normalidad, Juan está sorprendido. Parece que para Marc todo es normal.
--me fui de vacaciones...
--de pronto.?
--sí es que la noche de fin de anoche aparecí en el portal borracho... mis padres se enojaron...
--yo estaba igual... de hecho ni me acuerdo de nada lo que pasó esa noche...
Marc piensa que en serio Juan no se acuerda.. y Juan igual...
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